Los sistemas de calefacción suelen demandar grandes cantidades de energía, lo que puede llevar a un rápido agotamiento de las bombonas de butano y propano, requiriendo reemplazos frecuentes. En comparación, el gas natural ofrece una solución más conveniente y eficiente.
Una de las principales ventajas del gas natural es su suministro continuo. A diferencia de otros gases, el gas natural no requiere reposición constante de bombonas. Además, el sistema de facturación de gas natural facilita el control del consumo mediante la lectura periódica del contador. Esto permite que la factura se emita cada dos meses, en lugar de requerir pagos anticipados como con otros tipos de gas.